sábado, 1 de octubre de 2011

El sombrero selecionador. Capitulo VIII.

Prepararon las habitaciones entre todos y cada uno se fue a la cama que le habían asignado.
-Bueno, pues ya estamos aquí aburridos-dijo Canuto, era muy extraño dormir en la habitación contigo mismo
-¡Tu te crees eso de que Harry y Ginny son novios?- pregunto Sirius que no dejaba de darle vueltas al tema
-Pues no se, como el Harry yo conozco todavía no ha tenido ninguna novia, no se como es el con las chicas
-Tengo que averiguarlo
-Oye y si hacemos el tercer grado
-Como hicimos a Lily la primera semana que salió con James
-Exacto
-Pero tendremos que hacerlo cuando Lily no nos vea, no nos dejara hacerle eso a su hijo
-Tienes razón, ¿una pregunta, al final me caso?
-Digamos que en estos años no he tenido mucho tiempo libre
-Si ya se con lo de azkaban y todo eso
-¿De que mas hablamos?
-Ni idea
-Vamos a organizar el cuestionario
-De acuerdo
Harry y Ginny estaban cada uno tumbado en su cama
-No me gusta- se quejo Harry
-El que
-El estar en la misma habitacion y en camas separadas
-¿Juntamos las camas?
-Vale
-Pero no lo digas con esa cara de martir, es lo que querias
Se levantaron de las camas y las juntaron para luego volver a meterse pero esta vez juntos.
-Tan raro es que estemos saliendo- dijo Harry
-A mi al principio me lo parecia, no podia creer que tu te hubieras fijado en mi, pero porque preguntas eso
-Por que Sirius no se lo creyó cuando se lo dijimos
-Ya, pues esperamos a ver si aparece en algun libro
-Ya veras que cara se le va a quedar
A la mañana siguiente se levantaron y después de que Lily le diera de desayunar al Harry bebé se volvieron asentar en sus sitios del día anterior
-A ver leo yo dijo Harry.
El sombrero seleccionador
-Aquí veremos como eres seleccionado para Gryffindor- dijo Sirius con orgullo
-Si, pero la evrdad es que cada paso que daba estaba mas nervioso- confesó Harry
La puerta se abrió de inmediato. Una bruja alta, de cabello negro y túnica verde esmeralda, esperaba allí. Tenía un rostro muy severo, y el primer pensamiento de Harry fue que se trataba de alguien con quien era mejor no tener problemas.
-Ya podia a ver sido tambien el primer pensamiento de tu padre- dijo Lily- se habria ahorrado muchos problema
-Pero la vida en Hogwarts habria sido mucho mas aburrida- dijo Cornamenta sonriendo
-Pero mas tranquila y yo habria salido antes contigo por que no habrias sido tan inmaduro
Ante eso James se calló ya que hay su esposa teniarazón habian sido seis años despuerdiciados aunque ella habia estado negando seis años que se sentia atraida por el
—Los de primer año, profesora McGonagall —dijo Hagrid.
—Muchas gracias, Hagrid. Yo los llevaré desde aquí.
Abrió bien la puerta. El vestíbulo de entrada era tan grande que hubieran podido meter toda la casa de los Dursley en él. Las paredes de piedra estaban iluminadas con resplandecientes antorchas como las de Gringotts, el techo era tan alto que no se veía y una magnífica escalera de mármol, frente a ellos, conducía a los pisos superiores.
-Me acuerdo que el primer dia me perdi- rió Sirius
-No te perdiste esa fue la escusa que pusiste al profesor en lugar e decirle que te habias quedado dormido- dijo Remus
-A si es verdad, es que al final termine creyendomelo
-Como Lily lo de que no me queria- dijo James que una vez que cogia un tema ya no lo soltaba, y se había picado con lo de que habia sido culpa suya desperdiciar esos seis años
Siguieron a la profesora McGonagall a través de un camino señalado en el suelo de piedra. Harry podía oír el ruido de cientos de voces, que salían de un portal situado a la derecha (el resto del colegio debía de estar allí), pero la profesora McGonagall llevó a los de primer año a una pequeña habitación vacía, fuera del vestíbulo.
Ahora que se menciona, la verdad es que despues de ese dia no he vuelto a ver nunca esa habitación- dijo Remus
-Lo usan para poner a los alumnos antes de la selección y para que cuando llevan a algun artista a los bailes que se quede alli hasta que empiece y no molesten las fans
-¿Entonces por qué no nos metieron nunca hay?- pregunto Sirius
-Porque no era is famosos ni lo sois
-Si, entonces por qué teniamos cada una un club de fans- dijo Canuto
-Por que no tenian cerebro esas crias
-Pues a ti te habría gustadpo formar parte del club de fans de James Potter
-Eso es mentira- dijo Lily poniendose roja
-Ya claro
 Se reunieron allí, más cerca unos de otros de lo que estaban acostumbrados, mirando con nerviosismo a su alrededor.
—Bienvenidos a Hogwarts —dijo la profesora McGonagall—. El banquete de comienzo de año se celebrará dentro de poco, pero antes de que ocupéis vuestros lugares en el Gran Comedor deberéis ser seleccionados para vuestras casas. La Selección es una ceremonia muy importante porque, mientras estéis aquí, vuestras casas serán como vuestra familia en Hogwarts. Tendréis clases con el resto de la casa que os toque, dormiréis en los dormitorios de vuestras casas y pasaréis el tiempo libre en la sala común de la casa.
Ante eso todos sonrieron, nadie ni siquiera los prefectos pasaban el tiempo libre en la sala común
»Las cuatro casas se llaman Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin.
-Fracasados-dijo alguien intentando disimular con una tos
-Sirius sabemos que has sido tu
-Me lo imaginaba
     Cada casa tiene su propia noble historia y cada una ha producido notables brujas y magos. Mientras estéis en Hogwarts, vuestros triunfos conseguirán que las casas ganen puntos, mientras que cualquier infracción de las reglas hará que los pierdan. Al finalizar el año, la casa que obtenga más puntos será premiada con la copa de la casa, un gran honor. Espero que todos vosotros seréis un orgullo para la casa que os toque.
»La Ceremonia de Selección tendrá lugar dentro de pocos minutos, frente al resto del colegio. Os sugiero que, mientras esperáis, os arregléis lo mejor posible.
Los ojos de la profesora se detuvieron un momento en la capa de Neville, que estaba atada bajo su oreja izquierda, y en la nariz manchada de Ron. Con nerviosismo, Harry trató de aplastar su cabello.
-Jajajja, como si eso fuera posible- dijo Lily
-Ya me di por vencido-dijo Harry
-Hay que ver peleas contra Voldemort pero no contra tu pelo- rió su novia
-Ya ves
—Volveré cuando lo tengamos todo listo para la ceremonia —dijo la profesora McGonagall—. Por favor, esperad tranquilos.
Salió de la habitación. Harry tragó con dificultad.
—¿Cómo se las arreglan exactamente para seleccionarnos? —preguntó a Ron.
-Con una prueba muy dolorosa ¿verdad Harry?- Rió Ginny
-Eso es lo que a mi me dijeron
-¿Los gemelos?- pregunto Sirius
-Ron, pero por culpa de los gemelos
—Creo que es una especie de prueba. Fred dice que duele mucho, pero creo que era una broma.
-Lo que os decia
-Si es que estos gemelos son geniales-sonrio James
-Y eso que tan solo a empezado el curso y los libros-dijo Ginny
El corazón de Harry dio un terrible salto. ¿Una prueba? ¿Delante de todo el colegio? Pero él no sabía nada de magia todavía... ¿Qué haría? No esperaba algo así, justo en el momento en que acababan de llegar. Miró temblando a su alrededor y vio que los demás también parecían aterrorizados. Nadie hablaba mucho, salvo Hermione Granger, que susurraba muy deprisa todos los hechizos que había aprendido
-Como Lily- dijo Remus
-Y como tu- se defendio ella
 y se preguntaba cuál necesitaría. Harry intentó no escucharla. Nunca había estado tan nervioso, nunca, ni siquiera cuando tuvo que llevar a los Dursley un informe del colegio que decía que él, de alguna manera, había vuelto azul la peluca de su maestro. Mantuvo los ojos fijos en la puerta. En cualquier momento, la profesora McGonagall regresaría y lo llevaría a su juicio final.
Entonces sucedió algo que le hizo dar un salto en el aire... Muchos de los que estaban atrás gritaron.
—¿Qué es...?
Resopló. Lo mismo hicieron los que estaban alrededor. Unos veinte fantasmas acababan de pasar a través de la pared de atrás.
-¿Antes había tantos fantasmas?- pregunto James
-No, pero supongo que como los fantasmas nunca mueren, motivos obvios, pero siempre pueden llegar mas- dijo Lily
 De un color blanco perla y ligeramente transparentes, se deslizaban por la habitación, hablando unos con otros, casi sin mirar a los de primer año. Por lo visto, estaban discutiendo. El que parecía un monje gordo y pequeño, decía:
—Perdonar y olvidar. Yo digo que deberíamos darle una segunda oportunidad...
—Mi querido Fraile, ¿no le hemos dado a Peeves todas las oportunidades que merece? Nos ha dado mala fama a todos y, usted lo sabe, ni siquiera es un fantasma de verdad... ¿Y qué estáis haciendo todos vosotros aquí?
-Na.. que esta noche Dumbledore nos ha castigado sin cenar-dijo Canuto
-Tambien es que vaya preguntas tiene el fantasma-dijo Lunático
El fantasma, con gorguera y medias, se había dado cuenta de pronto de la presencia de los de primer año.
Nadie respondió.
—¡Alumnos nuevos! —dijo el Fraile Gordo, sonriendo a todos—. Estáis esperando la selección, ¿no?
-Uno que acierta-dijo James
Algunos asintieron.
—¡Espero veros en Hufflepuff! —continuó el Fraile—. Mi antigua casa, ya sabéis.
-Pues a Harry va a ser que no- dijo Sirius con una sonrisa de orgullo por su ahijado
-Al menos va a ser de Gryffindor, aunque no juegue al quidditch-dijo James
-Deja ya el tema, James, que lo estes venga a repetir eso no va a hacer que Harry entre en el equipo- le riño su esposa
—En marcha —dijo una voz aguda—. La Ceremonia de Selección va a comenzar.
La profesora McGonagall había vuelto. Uno a uno, los fantasmas flotaron a través de la pared opuesta.
—Ahora formad una hilera —dijo la profesora a los de primer año— y seguidme.
Con la extraña sensación de que sus piernas eran de plomo, Harry se puso detrás de un chico de pelo claro, con Ron tras él. Salieron de la habitación, volvieron a cruzar el vestíbulo, pasaron por unas puertas dobles y entraron en el Gran Comedor.
Harry nunca habría imaginado un lugar tan extraño y espléndido. Estaba iluminado por miles y miles de velas, que flotaban en el aire sobre cuatro grandes mesas, donde los demás estudiantes ya estaban sentados. En las mesas había platos, cubiertos y copas de oro. En una tarima, en la cabecera del comedor, había otra gran mesa, donde se sentaban los profesores. La profesora McGonagall condujo allí a los alumnos de primer año y los hizo detener y formar una fila delante de los otros alumnos, con los profesores a sus espaldas. Los cientos de rostros que los miraban parecían pálidas linternas bajo la luz brillante de las velas. Situados entre los estudiantes, los fantasmas tenían un neblinoso brillo plateado. Para evitar todas las miradas, Harry levantó la vista y vio un techo de terciopelo negro, salpicado de estrellas. Oyó susurrar a Hermione: «Es un hechizo para que parezca como el cielo de fuera, lo leí en la Historia de Hogwarts».
-Como que Hermione es un poco resabiada- dijo Sirius
-Si, pero es nuestra amiga- dijo Harry sonriendo
-A mi me recuerda bastante a Lily- dijo Lunático
-Pero que dices, yo ese año no me lei ningun libro antes de Hogwarts- se defendio Lily
-Ya pero todos los demás años tye leias todos antes de que empezara el curso
-Y mira las notas que sacaba- respondio ella
-Bueno dejadlo ya, vamos a seguir leyendo- dijo James
Era difícil creer que allí hubiera techo y que el Gran Comedor no se abriera directamente a los cielos.
Harry bajó la vista rápidamente, mientras la profesora McGonagall ponía en silencio un taburete de cuatro patas frente a los de primer año. Encima del taburete puso un sombrero puntiagudo de mago. El sombrero estaba remendado, raído y muy sucio. Tía Petunia no lo habría admitido en su casa.
Eso hizo que todos sin saber porque se echaran a reir
Tal vez tenían que intentar sacar un conejo del sombrero, pensó Harry algo irreflexiblemente, eso era lo típico de... Al darse cuenta de que todos los del comedor contemplaban el sombrero, Harry también lo hizo. Durante unos pocos segundos, se hizo un silencio completo. Entonces el sombrero se movió. Una rasgadura cerca del borde se abrió, ancha como una boca, y el sombrero comenzó a cantar:

Oh, podrás pensar que no soy bonito,
-Que no lo eres- dijo Canuto
pero no juzgues por lo que ves.
Me comeré a mí mismo si puedes encontrar
un sombrero más inteligente que yo.
-Lo buscare, nunca e visto a un sombrero comerse a si mismo
Puedes tener bombines negros,
sombreros altos y elegantes.
Pero yo soy el Sombrero Seleccionador de Hogwarts
-Nooooo ¿en serio?
-CANUTO
-¿Qué?
-Calláte ya- le dijeron todos
-Vale, vale, no hay que ponerse agresivos
y puedo superar a todos.
No hay nada escondido en tu cabeza
que el Sombrero Seleccionador no pueda ver.
Así que pruébame y te diré
dónde debes estar.
Puedes pertenecer a Gryffindor,
donde habitan los valientes.
Su osadía, temple y caballerosidad
ponen aparte a los de Gryffindor.
Puedes pertenecer a Hufflepuff
donde son justos y leales.
Esos perseverantes Hufflepuff
de verdad no temen el trabajo pesado.
O tal vez a la antigua sabiduría de Ravenclaw,
Si tienes una mente dispuesta,
porque los de inteligencia y erudición
siempre encontrarán allí a sus semejantes.
O tal vez en Slytherin
harás tus verdaderos amigos.
Esa gente astuta utiliza cualquier medio
para lograr sus fines.ç
-Uhhhh, fuera, fuera- dijo Sirius ganadose una colleja de Lily por molestar
¡Así que pruébame! ¡No tengas miedo!
¡Y no recibirás una bofetada!
Estás en buenas manos (aunque yo no las tenga).
Porque soy el Sombrero Pensante.

Todo el comedor estalló en aplausos cuando el sombrero terminó su canción. Éste se inclinó hacia las cuatro mesas y luego se quedó rígido otra vez.
—¡Entonces sólo hay que probarse el sombrero! —susurró Ron a Harry—. Voy a matar a Fred.
-Es que mira que creeroslo- dijo Ginny sonriendo- erais bastante inocentes
-Nananananaña- dijo Harry haciendo burla a su novia- como que tu no caiste en alguna de sus bromas
Harry sonrió débilmente. Sí, probarse el sombrero era mucho mejor que tener que hacer un encantamiento, pero habría deseado no tener que hacerlo en presencia de todos.
-¿Y eso por que?- pregunto James
-No se- dijo- tenia la sensacion de que no iba a encajar y que me iban a mandar para casa- termino confesando
-Si, pero ya ves que eso no paso- dijo Lily sonriendo- y de seguro tienes muchos amigos
-Si, eso es verdad, seis para ser exactos- sonrio Harry
 El sombrero parecía exigir mucho, y Harry no se sentía valiente ni ingenioso ni nada de eso, por el momento. Si el sombrero hubiera mencionado una casa para la gente que se sentía un poco indispuesta, ésa habría sido la suya.
-Jajajajajaja si hubiera esa casa yo creo que todo el mundo iria a esa, excepto yo- rio Sirius
-¿Y tu por que no?
-Por que yo ya estaba seguro de a que casa quería ir James y yo habríamos sido los únicos en Gryffindor
-Pero que creido eres- dijo Lily
-Lo se pelirroja
La profesora McGonagall se adelantaba con un gran rollo de pergamino.
—Cuando yo os llame, deberéis poneros el sombrero y sentaros en el taburete para que os seleccionen —dijo—. ¡Abbott, Hannah!
Una niña de rostro rosado y trenzas rubias salió de la fila, se puso el sombrero, que la tapó hasta los ojos, y se sentó. Un momento de pausa.
—¡HUFFLEPUFF!—gritó el sombrero.
La mesa de la derecha aplaudió mientras Hannah iba a sentarse con los de Hufflepuff. Harry vio al fantasma del Fraile Gordo saludando con alegría a la niña.
—¡Bones, Susan!
—¡HUFFLEPUFF! —gritó otra vez el sombrero, y Susan se apresuró a sentarse al lado de Hannah.
—¡Boot, Terry!
—¡RAVENCLAW!
La segunda mesa a la izquierda aplaudió esta vez. Varios Ravenclaws se levantaron para estrechar la mano de Terry, mientras se reunía con ellos.
Brocklehurst, Mandy también fue a Ravenclaw, pero Brown, Lavender resultó la primera nueva Gryffindor,
-La-la- rio Harry
-No lo pillo- dijo Sirius
-Nada, nada, ya te enteraras- rio Ginny con su novio
 en la mesa más alejada de la izquierda, que estalló en vivas. Harry pudo ver a los hermanos gemelos de Ron, silbando.
Bulstrode, Millicent fue a Slytherin. Tal vez era la imaginación de Harry; después de todo lo que había oído sobre Slytherin, pero le pareció que era un grupo desagradable.
-Tuviste una primera impresión muy buena- admiro James
-Gracias- sonrio Harry
Comenzaba a sentirse decididamente mal. Recordó lo que pasaba en las clases de gimnasia de su antiguo colegio, cuando se escogían a los jugadores para los equipos. Siempre había sido el último en ser elegido, no porque fuera malo, sino porque nadie deseaba que Dudley pensara que lo querían.
-Tranquilo, lo hacen por apellido- dijo Lily a su hijo como si este no lo supiera
—¡Finch-Fletchley, Justin!
—¡HUFFLEPUFF!
Harry notó que, algunas veces, el sombrero gritaba el nombre de la casa de inmediato, pero otras tardaba un poco en decidirse.
—Finnigan, Seamus. —El muchacho de cabello arenoso, que estaba al lado de Harry en la fila, estuvo sentado un minuto entero, antes de que el sombrero lo declarara un Gryffindor.
—Granger, Hermione.
Hermione casi corrió hasta el taburete y se puso el sombrero, muy nerviosa.
—¡GRYFFINDOR! —gritó el sombrero. Ron gruñó.
Este detalle hizo que todos se hecharan a reir
Un horrible pensamiento atacó a Harry, uno de aquellos horribles pensamientos que aparecen cuando uno está muy intranquilo. ¿Y si a él no lo elegían para ninguna casa? ¿Y si se quedaba sentado con el sombrero sobre los ojos, durante horas, hasta que la profesora McGonagall se lo quitara de la cabeza para decirle que era evidente que se habían equivocado y que era mejor que volviera en el tren?
-¿Ves lo que te dije?- dijo Harry- tenia miedo de que me echaran por que no servia para nada
-Eso es la mayor tonteria- dijo  Lily con una sonrisa
Cuando Neville Longbottom, el chico que perdía su sapo, fue llamado, se tropezó con el taburete. El sombrero tardó un largo rato en decidirse. Cuando finalmente gritó: ¡GRYFFINDOR!, Neville salió corriendo, todavía con el sombrero puesto y tuvo que devolverlo,
Sirius y Canuto empezaron  a reirse hasta que Harry les tiro un cojin a cada uno
-¿Y eso por qué?
-Por que Neville es un amigo mio y no os podeis reir de el delante mio- dijo- ni a mis espaldas- añadio
 entre las risas de todos, a MacDougal, Morag.
Malfoy se adelantó al oír su nombre y de inmediato obtuvo su deseo: el sombrero apenas tocó su cabeza y gritó: ¡SLYTHERIN!
-Agg- dijeron todos a la vez
Malfoy fue a reunirse con sus amigos Crabbe y Goyle, con aire de satisfacción.
Ya no quedaba mucha gente.
Moon... Nott... Parkinson... Después unas gemelas, Patil y Patil... Más tarde Perks, Sally-Anne... y, finalmente:
—¡Potter, Harry!
-Aquí viene lo bueno- dijo Sirius echandose ahcia delante y siendo imitado por los otros tres merodeadores
Mientras Harry se adelantaba, los murmullos se extendieron súbitamente como fuegos artificiales.
—¿Ha dicho Potter?
—¿Ese Harry Potter?
Lo último que Harry vio, antes de que el sombrero le tapara los ojos, fue el comedor lleno de gente que trataba de verlo bien. Al momento siguiente, miraba el oscuro interior del sombrero. Esperó.
—Mm —dijo una vocecita en su oreja—. Difícil. Muy difícil. Lleno de valor, lo veo. Tampoco la mente es mala. Hay talento, oh vaya, sí, y una buena disposición para probarse a sí mismo, esto es muy interesante... Entonces, ¿dónde te pondré?
Harry se aferró a los bordes del taburete y pensó: «En Slytherin no, en Slytherin no».
—En Slytherin no, ¿eh? —dijo la vocecita—. ¿Estás seguro? Podrías ser muy grande, sabes, lo tienes todo en tu cabeza y Slytherin te ayudaría en el camino hacia la grandeza. No hay dudas, ¿verdad? Bueno, si estás seguro, mejor que seas ¡GRYFFINDOR!
Los aplausos y los gritos llenaron la habitación, y los merodeadores se pusieron de pie en los sillones.
Cuando por fin termino el jaleo siguieron leyendo.
Harry oyó al sombrero gritar la última palabra a todo el comedor. Se quitó el sombrero y anduvo, algo mareado, hacia la mesa de Gryffindor. Estaba tan aliviado de que lo hubiera elegido y no lo hubiera puesto en Slytherin, que casi no se dio cuenta de que recibía los saludos más calurosos hasta el momento. Percy el prefecto se puso de pie y le estrechó la mano vigorosamente, mientras los gemelos Weasley gritaban: «¡Tenemos a Potter! ¡Tenemos a Potter!». Harry se sentó en el lado opuesto al fantasma que había visto antes. Éste le dio una palmada en el brazo, dándole la horrible sensación de haberlo metido en un cubo de agua helada.
Todos hicieron una mueca de disgusto
Podía ver bien la Mesa Alta. En la punta, cerca de él, estaba Hagrid, que lo miró y levantó los pulgares. Harry le sonrió. Y allí, en el centro de la Mesa Alta, en una gran silla de oro, estaba sentado Albus Dumbledore. Harry lo reconoció de inmediato, por el cromo de las ranas de chocolate. El cabello plateado de Dumbledore era lo único que brillaba tanto como los fantasmas. Harry también vio al profesor Quirrell, el nervioso joven del Caldero Chorreante. Estaba muy extravagante, con un gran turbante púrpura.
Y ya quedaban solamente tres alumnos para seleccionar. A Turpin, Lisa le tocó Ravenclaw, y después le llegó el turno a Ron. Tenía una palidez verdosa y Harry cruzó los dedos debajo de la mesa. Un segundo más tarde, el sombrero gritó: ¡GRYFFINDOR!
Harry aplaudió con fuerza, junto con los demás, mientras que Ron se desplomaba en la silla más próxima.
—Bien hecho, Ron, excelente —dijo pomposamente Percy Weasley, por encima de Harry, mientras que Zabini, Blaise era seleccionado para Slytherin. La profesora McGonagall enrolló el pergamino y se llevó el Sombrero Seleccionador.
-Wow.. ahora a comer- dijo Canuto- el mejor momento de la selección
-No cambias- dijo Lily negando con la cabeza
Harry miró su plato de oro vacío. Acababa de darse cuenta de lo hambriento que estaba. Los pasteles le parecían algo del pasado.
Albus Dumbledore se había puesto de pie. Miraba con expresión radiante a los alumnos, con los brazos muy abiertos, como si nada pudiera gustarle más que verlos allí.
—¡Bienvenidos! —dijo—. ¡Bienvenidos a un año nuevo en Hogwarts! Antes de comenzar nuestro banquete, quiero deciros unas pocas palabras. Y aquí están, ¡Papanatas! ¡Llorones! ¡Baratijas! ¡Pellizco!... ¡Muchas gracias!
-Toma ya, pedazo discurso- dijo James
-Si, te deviste quedar dormido mientras lo daba ¿no?
-Si Sirius, como tu
-Oye yo fue en el ultimo dia de curso que llevaba dos dias sin dormir
-Y eso por que- dijo Harry
-Estuvimos de fiesta toda la noche- le explico su padre
-Aaa y os parecera bonito- dijo Harry
-Pero si estaremos así nosotros el año que viene- dijo Ginny
-Ya pero algo había que decir
Se volvió a sentar. Todos aplaudieron y vitorearon. Harry no sabía si reír o no.
—Está... un poquito loco, ¿no? —preguntó con aire inseguro a Percy.
—¿Loco? —dijo Percy con frivolidad—. ¡Es un genio! ¡El mejor mago del mundo! Pero está un poco loco, sí. ¿Patatas, Harry?
Harry se quedó con la boca abierta. Los platos que había frente a él de pronto estuvieron llenos de comida. Nunca había visto tantas cosas que le gustara comer sobre una mesa: carne asada, pollo asado, chuletas de cerdo y de ternera, salchichas, tocino y filetes, patatas cocidas, asadas y fritas, pudín, guisantes, zanahorias, salsa de carne, salsa de tomate y, por alguna extraña razón, bombones de menta.
-Mmm a mi esos nunca me han gustado- dijo Lily- eso de mezclar el chocolate y la menta, no lo veo yo
Los Dursley nunca habían matado de hambre a Harry, pero tampoco le habían permitido comer todo lo que quería. Dudley siempre se servía lo que Harry deseaba, aunque no le gustara. Harry llenó su plato con un poco de todo, salvo los bombones de menta, y comenzó a comer. Todo estaba delicioso.
—Eso tiene muy buen aspecto —dijo con tristeza el fantasma de la gola, observando a Harry mientras éste cortaba su filete.
—¿No puede...?
-Harry,- dijo Lily- eso no se pregunta, si contesta que no…..
-Que lo va a contestar porque los fantasmas no comen
—No he comido desde hace unos cuatrocientos años —dijo el fantasma—. No lo necesito, por supuesto, pero uno lo echa de menos. Creo que no me he presentado, ¿verdad? Sir Nicholas de Mimsy-Porpington a su servicio. Fantasma Residente de la Torre de Gryffindor.
—¡Yo sé quién es usted! —dijo súbitamente Ron—. Mi hermano me lo contó. ¡Usted es Nick Casi Decapitado!
—Yo preferiría que me llamaran Sir Nicholas de Mimsy... —comenzó a decir el fantasma con severidad, pero lo interrumpió Seamus Finnigan, el del pelo color arena.
—¿Casi Decapitado? ¿Cómo se puede estar casi decapitado?
-No tenia que haber preguntado eso- dijo Harry acordandose de lo desagradable que era la vista de… eso
-Yo me acuerdo que hasta tercero James y Canuto se divertian tirandole del pelo para que se le cayera la cabeza- dijo Lunático divertido
Sir Nicholas pareció muy molesto, como si su conversación no resultara como la había planeado.
—Así —dijo enfadado. Se agarró la oreja izquierda y tiró. Teda su cabeza se separó de su cuello y cayó sobre su hombro, como si tuviera una bisagra. Era evidente que alguien había tratado de decapitarlo, pero que no lo había hecho bien. Pareció complacido ante las caras de asombro y volvió a ponerse la cabeza en su sitio, tosió y dijo: ¡Así que nuevos Gryffindors! Espero que este año nos ayudéis a ganar el campeonato para la casa. Gryffindor nunca ha estado tanto tiempo sin ganar. ¡Slytherin ha ganado la copa seis veces seguidas! El Barón Sanguinario se ha vuelto insoportable... Él es el fantasma de Slytherin.
-El baron sanguinario siempre has ido insoportable- dijo Ginny- como tods los de su casa
-Toma ya- dijo Canuto chocando la mano con ella- esta chica es la caña Harry tienes que salir con ella, es toda una merodeadora
Ante las palabras dichas por Canuto sobre que Harry tendría que salir con Ginny los dos se miraron y rieron, Lily que había estado un rato mirnadolos entendio que lo que habían dicho de que salian juntos no era algo para que Sirius se callase
Harry miró hacia la mesa de Slytherin y vio un fantasma horrible sentado allí, con ojos fijos y sin expresión, un rostro demacrado y las ropas manchadas de sangre plateada. Estaba justo al lado de Malfoy que, como Harry vio con mucho gusto, no parecía muy contento con su presencia.
-Ja, que se joda- dijo Sirius
-¡Sirius!- le riño la pelirroja
—¿Cómo es que está todo lleno de sangre? —preguntó Seamus con gran interés.
—Nunca se lo he preguntado —dijo con delicadeza Nick Casi Decapitado.
-Es la sangre de su amada- dijo Harry
Todos se le quedaron mirando con cara rara incluyendo a Ginny
-Eso como lo sabes
-Pues porque tuve que investigar algo y me entere de unas cosas, ya lo vereis en los libros, probablemente en el ultimo
Cuando hubieron comido todo lo que quisieron, los restos de comida desaparecieron de los platos, dejándolos tan limpios como antes. Un momento más tarde aparecieron los postres. Trozos de helados de todos los gustos que uno se pudiera imaginar; pasteles de manzana, tartas de melaza, relámpagos de chocolate, rosquillas de mermelada, bizcochos borrachos, fresas, jalea, arroz con leche...
Mientras Harry se servía una tarta, la conversación se centró en las familias.
—Yo soy mitad y mitad —dijo Seamus—. Mi padre es muggle. Mamá no le dijo que era una bruja hasta que se casaron. Fue una sorpresa algo desagradable para él.
-Jejejejejeje y no se fue de casa- dijo James- a mi me guarda Lily un secreto asi y me largo
-Si un secreto tipo como que fuese animaga ilegal- dijo Harry mirando fijamente a su padre que palideció y decidió callarse
Los demás rieron.
—¿Y tú, Neville? —dijo Ron.
—Bueno, mi abuela me crió y ella es una bruja —dijo Neville—, pero la familia creyó que yo era todo un muggle, durante años.
-Pero sus padres son magos no sería un muggle sería un squib- dijo Remus
-A ver teniamos 11 años no sabíamos todos los terminos- se intento excusar Harry
 Mi tío abuelo Algie trataba de sorprenderme descuidado y forzarme a que saliera algo de magia de mí. Una vez casi me ahoga, cuando quiso tirarme al agua en el puerto de Blackpool, pero no pasó nada hasta que cumplí ocho años. El tío abuelo Algie había ido a tomar el té y me tenía cogido de los tobillos y colgando de una ventana del piso de arriba, cuando mi tía abuela Enid le ofreció un merengue y él, accidentalmente, me soltó. Pero yo reboté, todo el camino, en el jardín y la calle. Todos se pusieron muy contentos. Mi abuela estaba tan feliz que lloraba. Y tendríais que haber visto sus caras cuando vine aquí. Creían que no sería tan mágico como para venir. El tío abuelo Algie estaba tan contento que me compró mi sapo.
-Pues entonces no estaba muy contento por que mira que regalarte un sapo, yo diria que mas bien te odia.
-¡Canuto!
-¿Si?
-Que te calles
Al otro lado de Harry, Percy Weasley y Hermione estaban hablando de las clases. («Espero que empiecen en seguida, hay mucho que aprender; yo estoy particularmente interesada en Transformaciones, ya sabes, convertir algo en otra cosa, por supuesto parece ser que es muy difícil. Hay que empezar con cosas pequeñas, como cerillas en agujas y todo eso...»)
-Madre mia, esta chica solo sabe hablar de las clases- se quejo Canuto
-Si- fue la simple respuesta de Harry
Harry, que comenzaba a sentirse reconfortado y somnoliento, miró otra vez hacia la Mesa Alta. Hagrid bebía copiosamente de su copa. La profesora McGonagall hablaba con el profesor Dumbledore. El profesor Quirrell, con su absurdo turbante, conversaba con un profesor de grasiento pelo negro, nariz ganchuda y piel cetrina.
-Espera, espera- dijo James- retrocede, pelo grasiento, nariz ganchuda y piel cetrina. ¡QUEJICUS!
-Jame son grites, todavia nos abes si es el por lo qe deja que contuniemos leyendo y asi lo vemos- se quejo Lily harta de las interrupciones de los merodeadores.
Todo sucedió muy rápidamente. El profesor de nariz ganchuda miró por encima del turbante de Quirrell, directamente a los ojos de Harry... y un dolor agudo golpeó a Harry en la cicatriz de la frente.
—¡Ay! —Harry se llevó una mano a la cabeza.
—¿Qué ha pasado? —preguntó Percy.
—N-nada.
El dolor desapareció tan súbitamente como había aparecido. Era difícil olvidar la sensación que tuvo Harry cuando el profesor lo miró, una sensación que no le gustó en absoluto.
—¿Quién es el que está hablando con el profesor Quirrell? —preguntó a Percy.
—Oh, ¿ya conocías a Quirrell, entonces? No es raro que parezca tan nervioso, ése es el profesor Snape. Su materia es Pociones, pero no le gusta... Todo el mundo sabe que quiere el puesto de Quirrell. Snape sabe muchísimo sobre las Artes Oscuras.
-Ves ves ves es Snape- dijo James hablando muy rapido- ¿Snape te ha dado clases?- dijo dirigiendose a su hijo
-Si, pero no te metas con el en realidad a estado protegiendome todo este tiempo- dijo sonriendo al profesor que estaba sentado y no había dicho nada en un rato largo
-Pero porque me lo pidio Dumbledore- dijo secamente
-Ya claro- sonrio Harry acordandose de lo que vio en el pensadero
Harry vigiló a Snape durante un rato, pero el profesor no volvió a mirarlo.
Por último, también desaparecieron los postres, y el profesor Dumbledore se puso nuevamente de pie. Todo el salón permaneció en silencio.
—Ejem... sólo unas pocas palabras más, ahora que todos hemos comido y bebido. Tengo unos pocos anuncios que haceros para el comienzo del año.
»Los de primer año debéis tener en cuenta que los bosques del área del castillo están prohibidos para todos los alumnos. Y unos pocos de nuestros antiguos alumnos también deberán recordarlo.
Los ojos relucientes de Dumbledore apuntaron en dirección a los gemelos Weasley.
—El señor Filch, el celador, me ha pedido que os recuerde que no debéis hacer magia en los recreos ni en los pasillos.
»Las pruebas de quidditch tendrán lugar en la segunda semana del curso. Los que estén interesados en jugar para los equipos de sus casas, deben ponerse en contacto con la señora Hooch.
»Y por último, quiero deciros que este año el pasillo del tercer piso, del lado derecho, está fuera de los límites permitidos para todos los que no deseen una muerte muy dolorosa.
-¿Y eso por qué? -Pregunto Lily preocupada
-A nada, tenian de mascota un perro de tres cabezas- dijo Harry restandole importancia con la mano
-UN PERRO DE TRES CABEZAS
-Si pero lo mas peligroso era Voldemort, el perro de tres cabezas era una miniedad- dijo Snape
Harry rió, pero fue uno de los pocos que lo hizo.
—¿Lo decía en serio? —murmuró a Percy.
—Eso creo —dijo Percy, mirando ceñudo a Dumbledore—. Es raro, porque habitualmente nos dice el motivo por el que no podemos ir a algún lugar. Por ejemplo, el bosque está lleno de animales peligrosos, todos lo saben. Creo que, al menos, debió avisarnos a nosotros, los prefectos.^
-Sii, es que los prefectos sois taaaan importaaantees- dijo Ginny
-Son fundamentales para el funcionamiento de Hogwarts- dijo Sirius son tono pomposo
—¡Y ahora, antes de que vayamos a acostarnos, cantemos la canción del colegio! —exclamó Dumbledore. Harry notó que las sonrisas de los otros profesores se habían vuelto algo forzadas.
-Madre mia, la cancion, la cancion- dijo Lunático
-Ni los profesores la soportabamos- dijo Snape
Dumbledore agitó su varita, como si tratara de atrapar una mosca, y una larga tira dorada apareció, se elevó sobre las mesas, se agitó como una serpiente y se transformó en palabras.
—¡Que cada uno elija su melodía favorita! —dijo Dumbledor—. ¡Y allá vamos!
Y todo el colegio vociferó:

Hogwarts, Hogwarts, Hogwarts,
 enséñanos algo, por favor.
Aunque seamos viejos y calvos
o jóvenes con rodillas sucias,
nuestras mentes pueden ser llenadas
con algunas materias interesantes.
Porque ahora están vacías y llenas de aire,
pulgas muertas y un poco de pelusa.
Así que enséñanos cosas que valga la pena saber,
haz que recordemos lo que olvidamos,
hazlo lo mejor que puedas, nosotros haremos el resto,
y aprenderemos hasta que nuestros cerebros se consuman.
Los merodeadores aunque se habían quejado de la cancion se habían puesto todos a cantarla y aunque desafinaban bastante era hasta divertido
Cada uno terminó la canción en tiempos diferentes. Al final, sólo los gemelos Weasley seguían cantando, con la melodía de una lenta marcha fúnebre. Dumbledore los dirigió hasta las últimas palabras, con su varita y, cuando terminaron, fue uno de los que aplaudió con más entusiasmo.
—¡Ah, la música! —dijo, enjugándose los ojos—. ¡Una magia más allá de todo lo que hacemos aquí! Y ahora, es hora de ir a la cama. ¡Salid al trote!
-Ahora fiesta en la sala comun- dijo Canuto
-Si, pero nosotros nos fuimos a la cama- dijo Harry
-Pero no se como podeis ser tan sosos- se quejo James
Los de primer año de Gryffindor siguieron a Percy a través de grupos bulliciosos, salieron del Gran Comedor y subieron por la escalera de mármol. Las piernas de Harry otra vez parecían de plomo, pero sólo por el exceso de cansancio y comida. Estaba tan dormido que ni se sorprendió al ver que la gente de los retratos, a lo largo de los pasillos, susurraba y los señalaba al pasar; o cuando Percy en dos oportunidades los hizo pasar por puertas ocultas detrás de paneles corredizos y tapices que colgaban de las paredes. Subieron más escaleras, bostezando y arrastrando los pies y, cuando Harry comenzaba a preguntarse cuánto tiempo más deberían seguir, se detuvieron súbitamente.
-No me extraña que te fueras tan pronto a la cama- sonrio Lily- estabas rendido
Unos bastones flotaban en el aire, por encima de ellos, y cuando Percy se acercó comenzaron a caer contra él.
-Peeves- dijeron todos a la vez
—Peeves —susurró Percy a los de primer año—. Es un duende, lo que en las películas llaman poltergeist. —Levantó la voz—: Peeves, aparece.
La respuesta fue un ruido fuerte y grosero, como si se desinflara un globo.
—¿Quieres que vaya a buscar al Barón Sanguinario?
Se produjo un chasquido y un hombrecito, con ojos oscuros y perversos y una boca ancha, apareció, flotando en el aire con las piernas cruzadas y empuñando los bastones.
—¡Oooooh! —dijo, con un maligno cacareo—. ¡Los horribles novatos! ¡Qué divertido!
De pronto se abalanzó sobre ellos. Todos se agacharon.
—Vete, Peeves, o el Barón se enterará de esto. ¡Lo digo en serio! —gritó enfadado Percy.
-Vaya amenaza, peeves nos tenia mas miedo a nosotros que al barón sanguinario- dijo James
Peeves hizo sonar su lengua y desapareció, dejando caer los bastones sobre la cabeza de Neville. Lo oyeron alejarse con un zumbido, haciendo resonar las armaduras al pasar.
—Tenéis que tener cuidado con Peeves —dijo Percy, mientras seguían avanzando—. El Barón Sanguinario es el único que puede controlarlo, ni siquiera nos escucha a los prefectos. Ya llegamos.
Al final del pasillo colgaba un retrato de una mujer muy gorda, con un vestido de seda rosa.
—¿Santo y seña? —preguntó.
—Caput draconis —dijo Percy, y el retrato se balanceó hacia delante y dejó ver un agujero redondo en la pared. Todos se amontonaron para pasar (Neville necesitó ayuda) y se encontraron en la sala común de Gryffindor; una habitación redonda y acogedora, llena de cómodos sillones.
Percy condujo a las niñas a través de una puerta, hacia sus dormitorios, y a los niños por otra puerta. Al final de una escalera de caracol (era evidente que estaban en una de las torres) encontraron, por fin, sus camas, cinco camas con cuatro postes cada una y cortinas de terciopelo rojo oscuro. Sus baúles ya estaban allí. Demasiado cansados para conversar, se pusieron sus pijamas y se metieron en la cama.
-Ni os presentasteis ni os pusisteis a hablar…ala a dormir- dijo Sirius
-Que querias eran muchas emociones en un dia
—Una comida increíble, ¿no? —murmuró Ron a Harry, a través de las cortinas—. ¡Fuera, Scabbers! Te estás comiendo mis sábanas.
-Así se las coma todas y reviente- dijo Harry entre dientes
-Si que te dio fuerte lo que te enteraste- dijo Sirius
-De que se entero- pregunto Lily
-Nada eso de seguro aparece en el tercer libro ya te enteraras
Harry estaba a punto de preguntar a Ron si le quedaba alguna tarta de melaza, pero se quedó dormido de inmediato.
Los de la sala se empezaron a reir
Tal vez Harry había comido demasiado, porque tuvo un sueño muy extraño. Tenía puesto el turbante del profesor Quirrell, que le hablaba y le decía que debía pasarse a Slytherin de inmediato, porque ése era su destino. Harry contestó al turbante que no quería estar en Slytherin y el turbante se volvió cada vez más pesado. Harry intentó quitárselo, pero le apretaba dolorosamente, y entonces apareció Malfoy, que se burló de él mientras luchaba para quitarse el turbante. Luego Malfoy se convirtió en el profesor de nariz ganchuda, Snape, cuya risa se volvía cada vez más fuerte y fría... Se produjo un estallido de luz verde y Harry se despertó, temblando y empapado en sudor.
-Ohh que bonito, soñaste conmigo- dijo Snape sonriendo- siento decirte que no eres mi tipo
-Mira Snape tiene sentido del humor
Se dio la vuelta y se volvió a dormir. Al día siguiente, cuando se despertó, no recordaba nada de aquel sueño.
-Bueno y ya se termino el capitulo- dijo Lily- voy a dar algo de comer a Harry baby y seguimos leyendo
Cogio a su hijo en brazos y lo llevo para la cocina. Sirius se dio cuenta y dio un toque a Canuto
-Ya se ha ido ahora

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